Chucherías de arte

Las editoriales siempre molan, se mire por donde se mire. Cualquier persona que luche por mantener la magia del papel en nuestras manos merece una ovación y nuestra admiración por seguir regalándonos el placer de disfrutarlos. Pero si encima se trata de una editorial especializada en ilustración, que colabora con diferentes artistas y que crea a mano cada uno de sus libros, la cosa cada vez promete más.

Te estamos hablamos de Chucherías de Arte, una editorial que autoedita minilibros ilustrados que encandilarán a los amantes de los detalles. Llevan una chapa enganchada a su portada en honor a cada temática y todos ellos están ilustrados por un artista diferente. Helena Jiménez está actualmente detrás de este proyecto y ella se encarga de realizar todo el proceso: los maqueta, pliega, corta, dobla, grapa…y hasta fabrica las chapas. Cuenta ya con 105 «Librinos con Chapa» y 25 «Cuadernos Singulares», todos de edición limitada y protagonizados por el cariño que supone el tiempo invertido en ellos. Perfectos para regalos especiales o para darte un capricho artístico y original a precio de chuchería. Entrevistamos a Helena para que nos presente estas pequeñas maravillas. ¡Dentro entrevista!

– ¿Cómo explicarías al mundo qué es chucherías de arte?
Chucherías de Arte es una editorial o, mejor dicho, una minieditorial porque editamos obra gráfica en formato mini: delicias ilustradas que se disfrutan con la punta de los dedos. Todas nuestras publicaciones están hechas a mano con mucho cariño e impresas en papel de alta calidad.

– ¿Soñaste ayer?
¡Claro! Sueño muy a menudo y recuerdo los sueños en los primeros minutos al despertarme. Después se me olvidan y me da mucha rabia porque en mis sueños tengo una vida apasionante donde me pasan un montón de cosas y me veo de repente en un paisaje alucinante o caminando por sitios muy raros pero que molan mucho, e incluso puedo volar… Y mi día a día es más normalito (¡afortunadamente!).

– ¿Cómo nació el proyecto?
La idea original surge en Mérida de la imaginación de Ceferino López, prolífico fotógrafo y artista local de quien siempre había sido seguidora y muy fan de su trabajo. Cuando anunció que no podía seguir con el proyecto, me lancé, ¡Chucherías de Arte no podía desaparecer!

– ¿Quién hay detrás del proyecto?
Pues como suele pasar en esto del emprendimiento y como decía el título de aquella peli… «Me, myself and I». Sin embargo, siempre hablo de Chucherías en plural y lo recomiendo. Así no me siento tan sola y también soy más justa porque mi chico y mis amigos me apoyan muchísimo, la verdad.

– ¿Por qué un cacahuete?
El cacahuete es nuestra esencia: es pequeño y guarda una deliciosa sorpresa dentro. Representa las cajitas donde viven las ‘chuches’ que cuando las abres puedes disfrutar de lo que guardan en su interior. Además es de color marrón que se asocia con el papel kraft y no me negaréis que el cacahuete es el fruto seco más simpático.

– ¿Y el formato pequeño y la chapa?
Me encantan las miniaturas y los objetos pequeños en los que el detalle sorprende. Los japoneses son los mejores trabajando el arte en miniatura y como puedes imaginar cuando visité Japón me quería quedar a vivir allí. También confieso que tengo un corazón punk y creo que las chapas le dan ese punto de rebeldía a las ‘chuches’. La chapa que va engarzada en la cubierta del librito también cuenta una historia: a veces forman parte de la ilustración de la portada y otras veces la propia chapa tiene tanta personalidad que cuenta una historia por sí misma.

– ¿Cuál es el proceso de la creación de cada “librino”?
Yo lo dividiría en dos partes: la primera es cuando recibes las ilustraciones de los autores y comienza el proceso de edición. Empiezas a maquetar, a seleccionar… en definitiva a imaginar el futuro librito. Una vez maquetados se imprimen los pliegos y comienza el proceso manual: cortar, doblar, grapar y rematar en la guillotina a lo que yo lo llamo “cortar el flequilllo”, que se hace uno a uno con cada ejemplar. También hay que hacer las chapitas, doblar las cajas que los van a contener y poner la pegatina, que es el último paso.

Todo esto acompañada de la radio, que es mi compañera fiel en el taller. Cada publicación lleva muchas horas de trabajo pero también mucho cariño y cuidado en su elaboración. Creo que eso se nota y por eso las ‘chuches’ conectan tan bien con el público.

– ¿Nos confiesas alguno que sea tu ojo derecho o que te haya hecho especial ilusión publicar?
Uf, me pedís un imposible… De verdad, no podría. Hay 105 Librinos con Chapa y 25 Cuadernos Singulares, cada uno ilustrado por un artista diferente. Y cada uno tiene algo que lo hace único y distinto. Si tengo que nombrar alguno ahora mismo, te diría los dos últimos que acabamos de editar: “Logotrips” del diseñador gráfico Cristian Porres, que es un Librino de poesía experimental muy gamberro que le da la vuelta a los logotipos y “Bares y familiares” de Víctor Coyote, el primer Cuaderno Singular que tiene textos que acompañan a las ilustraciones, escritos por el mismo autor. Los dos son ediciones limitadas y numeradas y, está mal que yo lo diga, pero son muy buenos.

– ¿Algún tema o ilustrador que tengas pendiente?
Si algo define a nuestra editorial es la libertad absoluta que tienen los autores que colaboran con nosotros: pueden hacer lo que deseen y utilizar el formato para expresar lo que les apetezca. Así que todos los temas pueden tener cabida, no hay uno en especial que eche de menos. El próximo año precisamente tenemos un proyecto con la ilustradora Karin Du Croo que va a unir dibujo y bicis. Como veis, cualquier tema puede tener su espacio en Chucherías de Arte. ¿Ilustrador pendiente? Venga, por pedir… me gustaría editar a dos grandísimos: Ibañez y Robert Crumb.

– ¿Por qué decides impulsar una editorial en un mundo que tiende a la digitalización?
Es verdad que el libro en papel no pasa por sus mejores momentos y cada vez se lee más en digital, empujado por el desarrollo de los dispositivos electrónicos. Actualmente la experiencia de leer en digital se acerca bastante a lo que sería hacerlo en papel y es más cómodo para el lector, pero con el libro ilustrado no funciona así. Por mucha resolución que tenga la pantalla, no se disfruta igual: un libro ilustrado mola hojearlo, pasar la página, volver atrás y disfrutar de los detalles. Y con el Libro de Artista pasa lo mismo: se cuida mucho la edición, el papel, la tipografía, la impresión… todos estos detalles no se disfrutan igual en una pantalla. De hecho los libros de ediciones cuidadas y limitadas tienen un público fiel y se siguen vendiendo muy bien.

– ¿Cuáles son tu libro y tu librería favoritos?
Los libros ilustrados siempre han sido mi debilidad. Tengo una colección muy especial que me regaló mi abuelo y confieso que siempre que vuelvo a la casa familiar, los hojeo de nuevo. También me encanta volver a leer las colecciones de tebeos de mi padre: “El Guerrero del Antifaz”, “Flash Gordon” o “El Jabato” que no eran lecturas digamos para niñas, pero a mi me encantaban.

En cuanto a las librerías, hay muchas que visito con frecuencia. Lo que más me gusta es que en muchas de ellas también te puedes tomar una cerveza o una copa de vino o sentarte a leer un rato. Ahora en las librerías pasan muchas cosas: hay presentaciones de libros, conciertos y hasta catas de quesos. Han sabido sacudirse el polvo y acercarse a un público nuevo sin perder la esencia de lo que debe ser una librería y lo que hace un librero. Si te acercas a Segovia, te sugiero pasarte por “Intempestivos” que es un claro ejemplo de lo que comento. Es una librería con mucho encanto en la que puedes tomarte un café mientras lees tu libro favorito a los pies del Acueducto. Y además, tienen una selección de nuestras publicaciones.

– ¿Nos recomiendas 3 Instagrams de ilustradores a los que debamos seguir de cerca?
Venga, tres mujeres ilustradoras que me encantan:

• Ana Juan, una de nuestras ilustradoras más internacionales, cuenta con más de 26 portadas en el New Yorker y su trabajo es potentísimo.
• Ana Oncina, que me tiene enamorada con su “Croqueta y empanadilla”.
• Anastasia Bengoechea, o mejor dicho su alter ego en Instagram: Monstruo Espagueti. Toda mujer que esté un poco fatal, como yo, debería seguirla.

– ¿Dónde nos podemos hacer con una de vuestras chucherías y por qué tendríamos que tener alguna?
Mira, voy a contaros algo curioso: la mayoría de las personas que se acercan a nuestro stand y se deciden por un Librino, piensan en regalárselo a alguien. Es muy emocionante cuando te cuentan “he pensado en mi hermano” o “voy a llevárselo a mi amiga que no pasa por su mejor momento”. Hemos escuchado conversaciones muy bonitas y emotivas de por qué se lo quieren regalar a tal o cuál persona. A veces incluso nos contactan más tarde y nos cuentan lo mucho que a esa persona le gustó descubrir esa sorpresa. Somos la demostración empírica de que el ser humano no es egoísta. Además, cuando regalas una de nuestras publicaciones estás regalando algo único: un minilibro de artista, de tirada limitada y hecho a mano. Es regalar arte a precio de piruleta, como nos gusta decir.

Nuestras publicaciones se pueden adquirir a través de nuestra página web pero hay que conocerlas. Os invito a visitarnos a algunas de las ferias y eventos relacionados con la ilustración o el diseño en los que participamos, porque allí se pueden hojear las publicaciones y apreciar todo lo que hemos contado en esta entrevista.

– ¿Nos contáis algo que tengáis entre manos o que vayáis a publicar próximamente?
Aquí ya hemos dado alguna que otra pista. No nos gusta hablar demasiado de los proyectos nuevos por si se gafan y esas cosas, pero sí te puedo adelantar que estamos trabajando en un nuevo Cuaderno Singular con un artista de los grandes: Pedro Arjona y que saldrá a primeros del próximo año.

– ¿Un sueño por cumplir con chucherías de arte?
Estamos empezando una nueva etapa y hay mucha ilusión, muchos proyectos, nuevas ideas… y muchos sueños por cumplir, claro, pero hay uno en especial que quizás por su dificultad me haría especial ilusión si saliera adelante. Uno de los principales objetivos del proyecto Chucherías de Arte es difundir y dar a conocer la obra y el trabajo de las y los artistas gráficos, tanto consagrados como noveles, y mi sueño sería impulsar una Feria Internacional de Dibujo e Ilustración en Madrid (que todavía no tiene ninguna), que se convirtiera en referencia del sector, con un espacio para la autoedición y poder continuar de esta forma con esta labor de promoción del arte sobre papel, acercando la ilustración y el dibujo a todos los públicos.