Cut Copy en Lima: quien no baila es porque no quiere

Volvieron a Perú para deleitarnos con un espectáculo visual, elegante y muy bailable

En la madrugada de un sábado, en la Sala Razzmatazz, fue donde descubrí a Cut Copy. Considero que es una forma inmejorable de vivirlos, en el momento en que más predispuesto estás a cumplir con su cometido: bailar. Es inevitable. Si quieres comprobarlo, dale play a este video y espera al segundo 54”.

Cut Copy llegaba a Lima, una banda referente en la electrónica que lleva 17 años tocando por todo el mundo, nominada a los Grammy como Mejor Álbum de Electrónica y que ha girado con Daft Punk. ¿Cómo no hacerse expectativas? Por su parte, ya conocían al público peruano, ya que era la segunda vez que venían. Por la nuestra, sabíamos que estaban en plena forma, con su último disco Haiku From Zero plagado de temazos como Airbone, Counting Down o Black Rainbows. Ahora bien, ¿cómo iba a ser su directo?

Con la precisión de alguien que no necesita gritar para que lo escuchen, en el sonido de Cut Copy ni sobra nada, ni falta nada. Tienen una fórmula propia. La mezcla de la electrónica y el pop es su método para abducir a los más escépticos. Armados con Minimoogs, Korgs y Prophets, sus sintetizadores generan una atmósfera en la que el oxígeno lo generan tus pasos. Bajo, batería, guitarra y voz humanizan su sonido. El resultado, una pista llena de gente que se sabe privilegiada por presenciar algo tan difícil de encontrar.

El concierto tuvo una intensidad ascendente, con temas que constantemente te hacían sentir en una discoteca a altas horas de la noche. Dan Whitford, cantante y creador de la banda, con su expresividad. La efusividad del guitarrista Tim Hoey, quien terminó fuera de sí echado en el piso. Los visuales hipnóticos. El ritmo constante. Esa adrenalina, esa forma de apoderarse del momento y hacer que no necesites nada más. Ese es el poder de Cut Copy, unos expertos en romper pistas y generar euforia.