Te levantas, tomas café, desayunas algo y como de costumbre sales algo apurado al trabajo. Pero este día es distinto, sabes que hoy es mejor. Mientras caminas y piensas aseguras que hoy te acuestas junto al sol y que bailarás al ritmo de Jamiroquai en tan solo unas pocas horas.

Es el festival Cruïlla y tu cuerpo lo sabe. Cae el atardecer y los colores del día se ponen más intensos, la transición del azul al morado termina con una metamorfosis de destellos amarillos que le dan inicio al segundo fin de semana del mes. El aire sonríe y tú también.
Llegas al festival y el cartel de bienvenida dice “Cruïlla Enamora”, mientras vas entrando piensas: «y el cielo también». El viernes 7 de Julio fue el primero de tres días de música en vivo, amigos, comida y arte pasando a tu alrededor. Como si pudieras pedirle más a la vida.

Empezamos bailando y calentando con los sonidos de Two Door Cinema Club, una banda que te hace recordar aquel amor adolescente, ese que fue un poco inocente y un tanto real.

En el que todavía piensas cuando escuchas “What You Know”.
Esta canción recibía la noche y la luna se convertía en la principal espectadora. Aunque no estaba completamente llena, alumbraba el Parc del Fòrum, mientras disfrutamos de distintos escenarios y más de 40 propuestas musicales programadas para el resto de los días.

La noche tomó un rumbo más tranquilo y nostálgico cuando The Lumineers se montó en el stage del Cruïlla Enamora y empezó a sonar temas de su primer álbum “The Lumineers” y el más reciente “Ophelia”, todos cantamos en coro «Ho Hey» mientras disfrutamos de un ambiente tranquilo y nos nutríamos de vibras contagiosas de que esta noche prometía y que lo mejor estaba por pasar.

La corriente de personas emanaba una cosa: la energía era palpable y Jamiroquai ya estaba por empezar. Tras disfrutar de una onda un poco más tranquila, era momento de encender los motores. De bailar y disfrutar de uno de los grande de este cartel. Empezó. Jay Kay se montaba en el escenario, el funk se apoderaba de sus espectadores y el ritmo salía innato de sus cuerpos. Esta primera jornada empezaba su etapa de baile y liberación con beats más movidos. Jamiroquai se apoderó de la media noche y se disfrutó con su público hasta el último segundo.
Esta octava edición del Cruïlla vino con propuestas movidas que nos hicieron disfrutar la vida al lado del mar. Los Fabulosos Cadillacs también inmortalizaron sus ritmos, haciéndonos disfrutar temas del pasado. Die Antwoord se adueñó del público joven e hizo insaciable su baile. Este gran día fue despedido con el ecuatoriano Nicola Cruz, con su propuesta andina que le dio final a la primera noche.

Los ánimos de los siguientes días fueron similares, disfrutar de un rato distinto en donde podías intercambiar ideas y sonrisas en un ambiente artístico. Pudimos ver como varios ilustradores exponían su arte y hacían murales con retratos de los músicos. Ryan Adams fue uno de los Ilustrados, quien formaba parte del cartel del sábado al igual que The Prodigy, Pet Shop Boys y Residente Calle 13 que inyectó un toque latino y diferente a este día.
Terminamos esta jornada de fin de semana con Jain y su guitarra, cantando junto al público mientras hacía loops con sus juguetes electrónicos. Su concierto duró casi dos horas y despidió un fin de semana que nos dejó con ganas de más y a la expectativa de un próximo cartel que nos haga bailar con la brisa del mar y el calor del verano.








Texto: Elizabeth Alejandra / @elibertina
Fotos: Carlos Rivero / @ccrivero_