PORQUE NADIE ES PERFECTO

La imperfección es belleza, es arte y muchas veces llega incluso a ser perfecta. Así que hoy os queremos presentar a dos empresas californianas de alimentos no perfectos que se recrean en sus defectos y en su falta de convencionalidad, creando así un encanto especial. Cada una a su manera, estas dos páginas web venden productos veggie en los que es fácil percatarse de que no siguen la normalidad. Pero, ¿qué es en realidad lo normal? ¿Preparados?

En primer lugar está Imperfect Produce, unos proveedores de frutas y verduras a domicilio. Hasta aquí todo bien, ¿no? Pues atentos porque lo que hace especial a esta empresa es que se dedica a vender los alimentos feos, esos que nadie escoge en el supermercado olvidando siempre que lo que importa está en el interior. Este originalísimo proyecto da una segunda oportunidad a todos esos patitos feos, evitando que vayan directamente a la basura de alguna granja o supermercado.

Su buen estado nutricional está garantizado al cien por cien (tranquilos que son feos pero no tóxicos), y saben exactamente igual que el resto, solo que el exterior no es tan artificial como los que aparecen en anuncios de televisión. Únicamente son productos que han salido demasiado pequeños, con un color un poco diferente o con algún tipo de deformidad que les hace ser rechazados por la sociedad. Gracias a estos fallos de fábrica, esta empresa es capaz de venderlos a un precio mucho más barato que el normal, repartiendo todas las semanas una caja a domicilio con las preferencias que el cliente elija. Porque nadie es perfecto y las frutas y vegetales tampoco tienen por qué serlo.

Pasamos de productos imperfectos a hamburguesas imposibles. Impossible Foods nos presenta una «deliciosa hamburguesa hecha íntegramente con plantas para los amantes de la carne”. Tal cual. Y cualquiera les lleva la contraria con este fantástico vídeo de presentación:

Además de reinventar las hamburguesas, esta empresa también trata de transformar el sistema alimenticio global haciéndolo más sostenible, creando nuevas alternativas a base de años y años de experimentos y estudios. Porque aparte de salvar a las pobres vacas, comiendo una Impossible Burguer se ahorra el agua equivalente a una ducha de 10 minutos, gases de efecto invernadero equivalentes a conducir 29 kilómetros en coche, y 7 metros cuadrados de tierra. Está todo pensado, por no hablar de la genialísima imagen corporativa que la marca ha desarrollado. De momento son pocos y exclusivos los restaurantes de EEUU en los que pueden encontrarse estas hamburguesas, pero estamos seguros de que si siguen así acabarán comiéndose el mundo…o el mundo entero acabará comiendo sus hamburguesas, una de dos.